viernes, 8 de octubre de 2010

domingo, 30 de mayo de 2010

Soneto universal

El juego de la vida es intenso,


te cansan las promesas de los días

y no te consuela no estar tan tenso

y vivir descansado no deberías.



Explorar lo espiritual e inmenso

cuando de tu rinconcito no te fías

no es coherente, pero si espías

descubrirás el placer de lo denso.



El Cosmos es nuestro hogar generoso,

las estrellas la guía de los ojos

cuando el rumbo fluctúa muy inquieto.



¿Los cometas? Soy alguien estudioso;

de los planetas miro sus antojos;

mientras, sereno, me mantendré quieto.

viernes, 21 de mayo de 2010

Soneto clásico en endecasílabos



En la farsantía del refreshweb

el silencio en gargantas de la esfera;

No había alivio ni cura a mi espera

y en mi ceguera un cigarro fumé.



Se descolgó a capricho un porqué

y me dispuse a comer una pera

pero yo indagué a mi manera

Lo ansiaba encontrar, serena fe.



La obra de arrogantes conscientes

secó el ingenio de ideas brillantes:

mi trabajo de sed languidecía.



El rigor por infierno consumía:

Somos grotescos y muy hilarantes,

la vida, llena de cuentas pendientes.



Autores:

Carmelo Gimeno

Miguel Artús

Francisco Javier Gamón

miércoles, 19 de mayo de 2010

Himno de los farsantes grotescos (soneto)

Estaba en la farsantía del refreshweb

buscando el silencio engargantas de la esfera;

no encontraba alivio ni curaba mi espera

por lo cual en mi ceguera un cigarro fumé.



Del tiempo se descolgó a capricho un porqué

y tranquilo me dispuse a comer una pera

pero a la vez yo indagué a mi manera

lo que tanto ansiaba encontrar, serena fe.



Sedienta la obra de arrogantes conscientes

y seco el ingenio de ideas raras, brillantes,

pensé que mi trabajo de sed languidecía.



Del rigor la llama por Infierno consumía:

somos muy buenos, grotescos y muy hilarantes,

pero la vida nos llena de cuentas pendientes.



Autores:

Carmelo Gimeno

Miguel Artús

Francisco Javier Gamón

domingo, 9 de mayo de 2010

La República de las Letras

Ya sé que me pongo pesado con mis alusiones al siglo XVIII. Es


evidente que no hay siglo más plomizo y plano en el terreno de la

Literatura en español. Apenas de dos o tres novelas de interés en

cien años, poesías de circunstancias dedicadas al lunarcito de la

amada o al último descubrimiento científico, un teatro aceptable, y

en todo caso el florecer del ensayo filosófico o histórico y alguna

que otra obra normativa como la poética de Luzán. Y poco más. Pero

acaso no podía ser de otra manera. En el siglo de las luces, de la

razón, de la explosión de la ciencia moderna tal y como la conocemos,

lo importante es el concepto de ilustración, de unos primeros pasos

hacia una educación que alcanzase más al conjunto del pueblo, la

alfabetización general como objetivo, la constitución de las

Sociedades de Amigos del País, el concepto de viaje ilustrado hacia

los países donde se forjaban las nuevas ideas, el latín todavía como

lengua universal con la que todos se entendían y los avances se

divulgaban, la batalla que los racionalistas libraban con las

supersticiones y la ignorancia...

No sé explicarlo mejor, pero siemple hablo de la conversación que

tuve con mi gran profesor de Teoría de la Literatura Túa Blesa. Le

pregunté que cómo sabiendo tanto de Literatura el no escribía,

excepto algún poema satírico para pasar el rato. Me dijo que él era

un docente y se consagraba a ello, y que eso era incompatible con la

creación literaria en exclusivo. Que él había decidido su opción y

punto. Y es verdad porque salvo excepciones como Umberto Eco, por

ejemplo, pocas eran las personas que podían compatibilizar crítica y

creación (si observáis, en el cine pasa lo mismo), aunque es

exagerada la afirmación de que todo crítico es un creador fracasado.

En caso de Túa en absoluto.

Lo que quiero decir es que todos los literatos del XVIII, en el

sentido más amplio del término, estaban demasiado ocupados

asombrándose y describiendo los profundos cambios de la cultura del

siglo. Incluso algunos que escribían literatura-literatura a menudo

se disculpaban ante el público diciendo que las poesías, relatos u

obras teatrales que escribían eran sólo como una manía que les daba

placer en sus ratos ociosos...

¿Sabíais que la mejor novela del siglo es posiblemente "Cornelia

Bororquia", una novela epistolar que narra las desventuras de una

condenada por la Inquisición? El Fray Gerundio del padre Isla es más

farragoso que otra cosa y bueno, la vida novelada de Torres

Villarroel tenía su gracia... La novela crecía al amparo del Quijote

en Inglaterra con Sterne o Fielding, pero aquí, nada de nada.

¡Qué rollo os he metido! Yo sólo quería que se entendiese un poco

mejor al desnostado siglo XVIII, que los conceptos "hombría de bien"

y "República de las Letras" nacieron en él. Y el derecho moderno con

la descripción de los abusos del anterior por parte de Beccaria fue

fundamental.

A veces los teóricos no daban ejemplo. Rousseau que tan bien escribía

sobre la educación tenía a sus cinco hijos en un internado para que

no le molestaran, pero en fin, nadie es perfecto.

Y ya llego a donde quería. Con el latín por lengua común, con el

florecer de las ciencias y el entusiasmo por los nuevos

descubrimientos nació el término "República de las Letras", como un

ente supranacional pero real. El literato estaba al tanto de qué se

cocía por toda Europa: ensayos, medicina, historia, teología,

numismática, botánica, Derecho... y también de lo que se escribía en

el terreno de la ficción, aunque fuera poco. (¿Alguién se ha leído "el

arte de las putas" de Moratín? es más entretenido que su teatro, y

eso que no era malo...

Me gusta pues el concepto de literato de entonces, más amplio. Y el

de República de las Letras. Así que todo escrito que comunique algo

humano es Literatura (buen ejemplo son las dos últimas reflexiones de

Helen), y Michaelmas, aunque chiquito y sin saber dónde está, forma

parte de la República de las Letras.

Xerez 3, Real Zaragoza 2

El Zaragoza seguirá en Primera y el Xerez no ha dicho su última palabra.

Los azulinos vencen (3-2) a un Real Zaragoza que complicó mucho el partido. Los de Gorosito tras este triunfo mantienen las posibilidades de permanencia hasta la próxima jornada ante el Osasuna. Francis, Michel y Carlos Calvo fueron los autores de los goles azulinos. El Xerez deberá vencer a Osasuna y esperar de nuevo los resultados favorables para poder lograr la permanencia.


Vivir o morir. Con esta guisa saltó el conjunto azulino a Chapín en el que sería la penúltima final que marcaría el destino del Xerez en Primera División. La afición se volcó desde el principio con los de Gorosito que debían ganar al conjunto maño y esperar que Málaga, Rácing de Santander, Valladolid y Tenerife pincharan en sus respectivos compromisos ligueros.

El Xerez comenzó enchufado, y en el minuto 5 Alustiza tuvo en sus botas el primer gol de la noche tras una buena jugada personal en la que tras marcharse de dos defensas no supo definir ante Roberto. Los de Gorosito comenzaban a creérselo y Orellana estuvo a punto de llevar la gloria a Chapín tras un buen centro de Armenteros pero el testarazo del chileno se topó con el larguero.

Poco le tocó esperar al graderío de Chapín; y es que la alegría azulina llegó enmarcada en un auténtico golazo de Francis. El de Barbate se marchó por el carril derecho desde su propio campo y tras sacar de sus botas un maravilloso centro, la pelota cogió tal efecto que terminó dentro del marco de Roberto anotando uno de los goles de la jornada.

Con el gol, el Xerez se vino arriba y comenzó a dominar al Real Zaragoza, equipo que estaba prácticamente salvado y que sólo se dedicaba a intentar frenar el ataque xerecista.

Segunda parte

Con el marcador a su favor, el Xerez seguía manteniendo la esperanza en seguir vivo una jornada más. Cabe destacar que los resultados de los demás partidos favorecían también a los jerezanos por lo que la alegría era constante en el coliseum xerecista.

Los de Gorosito dominaban a un rival que no forzaba demasiado la máquina del ataque aunque el balón parado era su principal arma para batir la portería de Renan.

Los azulinos pudieron sentenciar la contienda en el minuto 57 tras un buen disparo de Armenteros que se marchó por encima de la portería de Roberto.

Cuando el Xerez se seguía aferrando a la esperanza, el Real Zaragoza limó la ilusión azulina. Ander Herrera se sacó un buen disparo desde fuera del área y batió por el palo derecho a Renan. La alegría maña duró poco y es que la afición comenzó a empujar a los de Gorosito a intentar remontar el partido. El milagro se produjo, Víctor Sánchez se sacó un bonito centro y Michel que entraba como un auténtico 'Killer' por el área maña metió la cabeza a lo justo para elevar la pelota por encima de Roberto y llevar el segundo al marcador.

El Xerez fue a más y en el 68, un buen saque de esquina de Orellana fue rematado por Carlos Calvo tras peinar Bergantiños, al fondo de la red llevando la locura a Chapín.

El partido era de locos y es que el Zaragoza no se daba por muerto. Gabi anotó el segundo para los visitantes metiendo el miedo en el cuerpo tras sacarse un zapatazo desde fuera del área.

El Xerez aguantaba mientras que el Zaragoza no arrojaba la toalla. Finalmente, el Xerez venció consiguiendo tres puntos valiosos que permiten a los de Gorosito llegar vivos a la última jornada para luchar por la ansiada permanencia y esperar el resultado de sus otros contricantes por la salvación.

Imágenes

Cielos profundos


en la superficie de tu piel,

me abren las puertas

introduciéndome en ella, y

por los capilares me siento como cuando nací.

Pues antes de nacer

cuando aún era un globulillo

que sabía ya, anticipaba

el saber que existías.

Sangre como la que se

junta en los juramentos de amigos

como hermanos.

Sangre azul de las venas,

denostada

por sucia

e importante por su misión. Misionero soy,

vengo a conquistar tu alma,

con las manos abiertas

en forma de vasija.

Deja que elija,

que elija ser tu amigo si tú lo quieres,

que sea tu amigo si lo deseas, pues un amigo es

como una estrella en el cielo

terrible y oscuro de las noches,

sol por el día,

alegría en las mañanas del

medio día expectante...

Poema: Sable de fuego

Saber


Que tenía

Que estar dispuesto

A pasar la prueba,

Pero el sable incendiario,

Tejido

Por los gnomos

De un volcán

Me amedrentaba.

Pedí fuerza y ayuda

Al universo,

A las constelaciones,

A los planetas,

A los cometas,

A las estrellas

O soles,

Pero estaba

Metido en el agujero negro

De mi miedo.

¿Terrible sino el mío?

Puede, pero la fuerza de la diosa

Me protegerá,

Con su aura mágica y resplandeciente.

Gracias.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Real Zaragoza 1, Español 0


ZARAGOZA -- Real Zaragoza, con la victoria sobre el R.C.D. Espanyol, alcanza los cuarenta puntos y roza la permanencia tras un partido en el que los jugadores del conjunto aragonés parecieron acusar la trascendencia de lo que tenían en juego.


El equipo maño había cifrado gran parte de sus esperanzas de lograr la salvación en este enfrentamiento, en el que el equipo pareció agarrotado en muchos momentos, especialmente a la hora de intentar abrir el posicionamiento del conjunto periquito.

Ambos conjuntos pusieron velocidad en el juego desde el pitido inicial aunque el fuerte viento que reinaba en La Romareda dificultaba en algunas ocasiones los controles, especialmente en balones largos o aéreos.

Aún así uno y otro equipo ya habían gozado de la oportunidad de inaugurar el marcador en los minutos 9 y 11.

Primero fueron los visitantes con un remate forzado de Moisés Hurtado que el meta "Roberto" Jiménez envió a córner y posteriormente los propietarios del terreno de juego con un pase en profundidad al portugués "Eliseu" Pereira al que Carlos Kameni se adelantó por milímetros.

A partir del minuto 20 de juego el Espanyol, muy bien plantado y sin dejar resquicios en su esquema de juego, consiguió dominar el balón ante un Real Zaragoza con problemas para crear y logró fabricar dos buenas ocasiones prácticamente consecutivas, en los minutos 25 y 26, primero con un disparo del argentino Pablo "Osvaldo", que Roberto tuvo que enviar a saque de esquina, y después con una jugada personal de Joan Verdú, que rompió el fuera de juego y dribló al meta local, aunque se escoró demasiado y perdió la opción de marcar.

Tras minutos de espesura en su juego el equipo de José Aurelio Gay igualó las cosas y tomó el mando de la contienda en el tramo final con mayor manejo del balón, aunque con más ganas que ideas.

Adrián Colunga tuvo la mejor opción local de marcar cuando el cuarto árbitro sacaba la tabla del tiempo añadido, en una jugada en la que se coló por la zona izquierda del área y se plantó solo ante Kameni, aunque el remate del menudo delantero se fue al lateral de la red cuando ya tenía vencido hacia el centro de la portería al meta camerunés.

Tras el descanso las ocasiones se redujeron porque al Espanyol, al que la igualada le valía para obtener el pasaporte de Primera División, salió esporádicamente a la contra y prefirió la seguridad del orden al intento de arriesgar para ganar y también porque el equipo maño seguía sin tener claridad de ideas cuando se acercaba al área foránea.

Eliseu tuvo la mejor opción de marcar en el minuto 51 cuando se plantó solo ante Kameni pero su disparo, demasiado centrado, fue atajado por el cancerbero africano.

La insistencia del Zaragoza no le hacía generar peligro y el conjunto de Mauricio Pochettino parecía estar cómodo con el juego y el resultado hasta que llegó un penalti de Nico Pareja a Ander Herrera que transformó Colunga en el minuto 79 y que además supuso la expulsión del central argentino por sus protestas.

Con uno más y el resultado a favor el equipo maño no pasó por apuros para salvar un resultado crucial para su destino esta temporada en el que la alegría por el resultado hacía olvidar a sus seguidores el mal partido.

lunes, 3 de mayo de 2010

Deportivo de la Coruña 0, Real Zaragoza 1



LA CORUÑA -- El Zaragoza alivió su delicada situación con una victoria por la mínima en Riazor ante el Deportivo de La Coruña, que firma ya la peor racha de su historia en la Primera División española, con diez jornadas consecutivas sin ganar.

Tras una primera mitad soporífera y con muy pocas ocasiones, Adrián Colunga rompió a los cinco minutos de la reanudación la sequía de los zaragozanos fuera de casa (llevaban cuatro partidos sin marcar) y dio tres puntos de oxígeno a su equipo, que se aleja del peligro aunque todavía tendrá que luchar para asegurarse la permanencia.

Los coruñeses se jugaban el orgullo, pero mucho más el Zaragoza, que llegó a Riazor con la necesidad de puntuar para respirar después de haberse metido en problemas cuando parecía que ya se había escapado del peligro.

Con la vista y los silbidos dirigidos a Ángel Lafita en su regreso a Riazor con la camiseta del Zaragoza y muchas bajas en los dos equipos, incluida la de Antonio Tomás en el calentamiento, el encuentro comenzó con mucho juego en la medular pero muy pocas llegadas a las áreas.

El Zaragoza salió más enchufado, tocó en el centro del campo, intentó buscar los espacios en la cobertura del Deportivo, pero el equipo coruñés, con el canterano David Rochela como titular por primera vez en el centro de la zaga, resistió, a pesar de la insistencia de Lafita.

Del mediocampista maño protagonizó el primer intento serio por cambiar el rumbo del partido, pero su disparo no llegó a coger dirección a la portería de Dani Aranzubia, quien apenas tuvo trabajo en el primer periodo.

El Deportivo adquirió protagonismo con el paso de los minutos y, pasada la media hora de juego, estuvo a punto de adelantarse después de un saque de falta de Iván Pérez que Alberto Lopo remató fuera de forma acrobática.

El primer disparo entre los tres palos se resistió hasta que se cumplió el minuto 37 y el brasileño Juca, que reapareció tras más de dos meses de baja, lo intentó a balón parado con un disparo centrado que atajó sin dificultades Roberto.

El Deportivo, atrevido por momentos, volvió a la carga un minuto después con una jugada de Iván Pérez en la banda izquierda que remató de tacón Juan Rodríguez a la derecha del arco del Zaragoza, que dominó sin ocasiones los últimos instantes de la primera parte.

El Zaragoza reaccionó en la reanudación y, a los cinco minutos, un balón perdido por Sergio González en el centro del campo propició un contragolpe de libro que Lafita dirigió con maestría con un pase certero, en profundidad, para dejar solo a Adrián Colunga, que batió a Aranzubia con un disparo cruzado.

El Deportivo espabiló tras el tanto de los aragoneses, con Iván Sánchez "Riki" como su jugador más incisivo, que rozó el gol tras un error defensivo del ex deportivista Pablo Amo y un lanzamiento que se marchó a escasos centímetros del poste izquierdo de Roberto.

Lotina movió entonces el banquillo para dar entrada a Valerón, que esta semana renovó hasta 2015, y exhibió en el césped, donde al menos estará una temporada más antes de dar el salto a los despachos, su visión de juego con un pase a Riki que el madrileño remató con clase, pero Roberto desvió con una buena intervención.

El Deportivo no decayó gracias al frescor que aportaron Adrián López y el canterano David Añón, pero el larguero evitó la igualada a falta de nueve minutos para la conclusión y los coruñeses no supieron concretar sus oportunidades en los últimos compases.

martes, 27 de abril de 2010

Poema del vencido

Estar en el suelo,
tirado en el blando barro,
esperando un gesto
de piedad.
Nadie se da cuenta;
dormidos no saben
que mi ensueño es real.
Vencido,
pero no derrotado.
Las estrellas
son testigo
de mi noble causa,
de mi suave
y dura lucha.
Inteligencia embotadpor geniecillos
del quehacer grotesco.
No.
Soy un ganador
pues nadie puede ser,
como yo,
un vencido
tan valiente,
leal amis causaslibre de haber caído.
Libre de levantarme
súbito...

lunes, 26 de abril de 2010

Real Zaragoza 1, Real Madrid 2


ZARAGOZA, 24 Abr. (EUROPA PRESS) -




El Real Madrid logró un sufrido triunfo (1-2) frente al Real Zaragoza en La Romareda, gracias a los goles de Raúl y Kaká, que le permiten mantenerse en la pelea por el título liguero frente al Barcelona, después de la disputa de los partidos adelantados al sábado de la trigésimo cuarta jornada de la Liga BBVA.



El conjunto aragonés planteó un encuentro trabado y brusco con el que frenó a los madridistas con un juego que, en algunos momentos, rayó al límite del reglamento. Los jugadores blancos no fueron capaces de leer el partido y en la primera mitad no supieron engarzar las jugadas frente a la intensidad de juego de los zaragozanos.



Ambos equipos se vieron mermados por las lesiones de Van der Vaart, en el bando blanco, y Suazo, en el equipo local, que cambiaron los planteamientos iniciales de los técnicos. No obstante, fue el Real Madrid el conjunto que buscó con más ahínco la portería rival, mientras el Zaragoza se limitaba a defenderse y a cortar cualquier acción de juego madridista.



El choque se pudo desnivelar transcurridos tres minutos del encuentro si Cristiano Ronaldo, muy castigado por lo defensores rivales, hubiera acertado en la definición ante Roberto, que supo despejar el peligro. El avance de los minutos perjudicó a los madridistas, que poco a poco se diluían ante un conjunto local que permanecía agazapado a la espera de su oportunidad.



Los pupilos de Manuel Pellegrini se mostraban imprecisos para conectar con Ronaldo e Higuaín. Guti, demasiado escorado a una banda, apenas intervenía en el juego. Tampoco surtió efecto la entrada al campo de Raúl, que apenas pudo intervenir en el juego sometido por las anticipaciones de los defensas zaragozanos.



EXPULSIÓN DE CONTINI.



No obstante, fue el capitán madridista quien dispuso de la mejor ocasión del primer tiempo. El delantero se anticipó a la defensa maña y colocó un fuerte disparo cruzado ante Roberto, que se estrelló en el palo derecho de su portería. Los de Gay trataban de sacudirse el dominio blanco, pero llegaban sin claridad a las inmediaciones de Casillas.



La situación cambió en el minuto 5 de la segunda parte. Fue entonces cuando el Real Madrid consiguió llegar hasta el área contraria con claridad. Higuaín disparó desde la frontal del área y Roberto rechazó el esférico, que quedó en los pies de Ronaldo que volvió a chocarse con el meta. Pero en la segunda oportunidad, vio a Raúl libre de marca y el capitán logró el primer tanto a puerta vacía, antes de marcharse lesionado.



Los males del Zaragoza no se habían acabado y un minuto más tarde Contini propinó un codazo a Higuaín que le costó la expulsión. Sin embargo, cuando menos se esperaba la reacción de los locales llegó el gol de Adrián Colunga. Abel Aguilar vio el desmarque del delantero que sorprendió a los centrales merengues y regateó a Casillas para lograr la igualada.



El Real Madrid decidió lanzarse al ataque y arrinconó a los maños en su campo. Sergio Ramos avisó con un cabezazo al palo mediada la segunda mitad. Los acercamientos eran confusos mientras el Zaragoza trataba de defenderse con todos los medios y mantenía su renuncia al ataque. No fue hasta los últimos diez minutos cuando los madrileños lograron romper la igualdad, después de numerosos acercamientos.



El brasileño Kaká, que regresaba tras su lesión, volvió cuando más le necesitaba su equipo. Recibió un balón dentro del área de Cristiano Ronaldo y batió de tiro cruzado a Roberto para dar al Real Madrid un sufrido triunfo, que se le escapaba y que mantiene viva la llama de la lucha por el título liguero.



FICHA TÉCNICA.



--RESULTADO: REAL ZARAGOZA, 1 - REAL MADRID, 2 (0-0, al descanso).



--EQUIPOS.



REAL MADRID: Casillas; Arbeloa, Sergio Ramos, Garay, Marcelo; Gago (Kaká, Min. 74), Xabi Alonso, Guti, Van der Vaart (Raúl, Min. 14) (Benzema, Min. 51); Cristiano Ronaldo e Higuaín.



ZARAGOZA: Roberto; Ponzio, Jarosik, Contini, Obradovic; Edmilson, Gabi, Eliseu, Ander Herrera (Uche, Min. 74), Abel Aguilar y Suazo (Colunga, Min.19).



--GOLES.



0-1, min. 50: Raúl.



1-1, min. 61: Adrián Colunga.



1-2, min. 82: Kaká.



--ÁRBITRO: Undiano Mallenco (C. Navarro). Amonestó con tarjeta amarilla a Ponzio (Min. 10), Eliseu (Min. 28) y Gabi (Min. 45) y expulsó a Contini (Min. 51) en el Real Zaragoza. Por parte del Real Madrid, amonestó a Arbeloa (Min. 24), Marcelo (Min. 57) y Kaká (Min. 85).



--ESTADIO: La Romareda. 32.000 espectadores. Se guardó un minuto en memoria del Presidente de Honor del COI, Juan Antonio Samaranch.

lunes, 19 de abril de 2010

Athletic de Bilbao 0 - Real Zaragoza 0


El Athletic Club no ha sido hoy capaz de sacar partido del enorme dominio que ha ejercido sobre el Zaragoza y se ha complicado sus opciones de acabar la temporada en puestos europeos, de los que ha caído tras el empate sin goles de esta tarde en San Mamés.


El equipo bilbaíno mantiene su racha de encuentros sin perder en casa, que ya son nueve -en los que ha sumado 23 puntos-, pero no ha mantenido el ritmo en 'La Catedral' que le ha llevado a posiciones europeas, que abandona momentáneamente por el diferencial de goles con el Villarreal.

Le ha fallado al conjunto rojiblanco el acierto ante la meta rival, frente a la cual gozaron de excelentes oportunidades De Marcos, Susaeta y Llorente, que no tuvieron ni acierto ni suerte en el remate final.

Al Zaragoza, en cambio, el punto le ha sabido a gloria, ya no ha parecido aspirar a más en un choque en el que no concretó ni una sola ocasión de gol. Aún así, ha puntuado y neutraliza un tanto los resultados de los equipos que tiene por debajo en la tabla clasificatoria, donde el descenso se le ha acercado a dos puntos.

jueves, 8 de abril de 2010

Desde el monasterio budista de Panillo (Huesca)



Aire con aire,
abandonados y lejanos,
los vientos no escuchan
Soy yo, aire con aire,
luz de luces, haces de luz.
Hago luz con
los párpados cerrados.
La sonrisa de la calma,
la pesquisa del alma.
No, no, silencio...
Ni tinta,
ni palabra,
ni hebra,
ni polvo.
Sereno vacío.
Cuerpo vivo en
reposo.
Ley no escrita y ya cumplida.
Secreto azar de
la abundancia.
Sé,
doy,
recibo.
No sé.
Recibo no sé qué.
Doy no se qué.
Pintura sin lienzo.
Ideas sin cerebro.
Átomos que sonríen
a la nada.
Nada la conciencia,
calla la ciencia.
Habla la no voz,
invisible a todo.
Goce de los ojos
sabios.

domingo, 4 de abril de 2010

Genial

Extraño como este


perderse por el fondo

de la propia noche

y pensar que alguien

podría tocar a la puerta

sin que nadie responda.



Esta casa como el eco

astillado de cada silencio

La que a ciertas horas

llora sin paz a sus muertos

y ya solo en eterno

retorno escribo en ancha

mar procelosa estas breves

notas de viaje



Entre brumas un puerto

lejano a veces ampara

y un rumoroso viento

se alcanza de voces amadas

(ardía el verano en plena

danza de los astros)



Pues ahí donde voy

oscuro es el reino

y toda gloria vana

la rosa de cada palabra:

queda el viento cruzando

las ruinas de oro, un sol

de otro tiempo por amor



de tu nombre (libertad)

la sombra espectral

de toda belleza.

Como el poema final

siete veces se clava

en el duro madero del día.



Alejandro Drewes

viernes, 2 de abril de 2010

Kenzaburo Oé en Babelia


“Aunque no puede resucitar, intento lograr su renacimiento. Y también el mío propio”, explica


Kenzaburo Oé sobre el primer libro de la trilogía en la que el Nobel, admirador de la moral

quijotesca, reencuentra a Juzo Itami —su “pareja”—, el cineasta fallecido en 1997. Por Andrés S. Braun

del hidalgo

BUENAS TARDES, sensei”. “Buenas tardes”, responde en castellano Kenzaburo Oé (Ôse, 1935) a la entrada de su casa en Tokio. Dentro nos reciben con ternura su mujer, Yukari, y el primogénito de ambos, Hikari, compositor de renombre con discapacidad intelectual. Este hogar alberga buena parte del material
físico y emocional que ha alimentado las novelas del premio Nobel de Literatura en 1994. Y es aquí donde nos recibe Kenzaburo Oé, aprovechando la publicación en castellano de su novela Renacimiento (Seix
Barral). La obra, estupendamente acogida en Japón cuando se publicó en 2000, se centra en la relación entre Oé y su cuñado Yuzo Itami, actor y director de brillantes filmes como Tampopo, El funeral o Marusa no Onna, que se suicidó en 1997. Oé vuelve a mezclar realidad y ficción para rasguñar la conciencia del lector y continuar reflexionando sobre la condición humana y varios de los temas que conforman el leitmotiv de su literatura; la incomprensión, la violencia, la identidad de la nación japonesa, sus años de juventud en un remoto valle de la isla de Shikoku… Renacimiento sirve además para perfilar la figura —poco conocida en el mundo hispanoparlante— de Juzo Itami, imprescindible cineasta cuya mirada humorística y emotiva desgranó como pocas han sabido los vicios y costumbres de Japón. Uno de sus filmes más conmovedores, Minbo no onna (1992), le costó una gravísima agresión —y continúas amenazas hasta el día de su muerte— por parte de miembros de la yakuza, molestos por el retrato que Itami hizo del crimen organizado nipón en la película. Oé desgrana en Renacimiento la historia que los une a ambos y el desgarro provocado por la súbita y poco aclarada desaparición de Itami y, ante todo, refleja la intachable dignidad de ambos creadores y de su entorno, atacados con virulencia desde hace años por las facciones más intolerantes del país. Esa misma resistencia, inquebrantable y pacífica, es la que Oé sigue desplegando con una sonrisa a sus 74 espléndidos años.
PREGUNTA. Renacimiento es la primera novela de una trilogía que usted comenzó hace casi una década. ¿Qué van a encontrar los lectores españoles en este primer volumen?
RESPUESTA. Es una gran alegría que se publique en español. Es el segundo idioma al que se traduce, tras el alemán. La edición que ha hecho Seix Barral es estupenda, pero lo que más me gusta es que le hayan puesto el título de Renacimiento. Es el título que le hubiera querido poner, aunque el que tiene en japonés y en la traducción al inglés —que se publica en primavera— es Changeling.
P. Ese título viene dado por Outside over there, un libro de Maurice Sendak que juega una parte importante en esta novela. ¿Por qué le ha gustado tanto un título que no guarda idéntica relación con el original?
R. Tengo un amigo al que conocí cuando tenía 16 años. En esa época yo quería estudiar matemáticas o física hasta que él me dijo: “Lo tuyo es la literatura. Y el cine, el dibujo, la música…”. Él me inició en la creación
artística, y eso me cambió para siempre. Este amigo se convirtió en una suerte de tutor y gracias a él conocí a la que ahora es mi esposa [Yukari Oé es hermana de Itami]. Más tarde, él se convirtió en un director
de cine. Su nombre: Juzo Itami. Siempre hemos sido amigos y siempre he tenido una vida en pareja con esta persona.
P. De hecho, usted ha titulado esta trilogía como la de las “extrañas parejas”.
R. Así es. En concreto parto de la idea de la seudopareja, un concepto que tomo prestado de un párrafo de El innombrable de Samuel Beckett. Itami y yo siempre hemos sido una pareja. Hasta que él se suicidó. Hasta entonces él vivía haciendo películas y yo publicando libros. Mi trabajo siempre ha tenido una faceta política y él nunca quiso saber nada de eso, así que llegó un momento en que ya no nos veíamos tan a menudo. Por eso cuando falleció empecé a recordar la juventud que vivimos juntos y a pensar en mi propia vida. Y aunque mi amigo no puede resucitar, lo que yo intento en esta obra es lograr su renacimiento. Y también el mío propio. Ése es el tema principal de esta obra. De ahí que me guste tanto el título en castellano. El día después de su muerte recibí un fax de Edward Said muy emotivo que me hizo pensar en todo esto. Más tarde leí el cuento de Sendak, y eso redondeó el punto de partida para Renacimiento.
P. Y Renacimiento sería la primera de una serie de tres novelas.
R. En efecto. Y en todas ellas el protagonista es un escritor llamado Kogito. La segunda obra de la trilogía se podría traducir como El niño de la triste mirada. Hace referencia al “caballero de la triste figura”, porque
en este caso narra la relación de Kogito, literato y moralista japonés, con el Don Quijote de Cervantes. El tercero se llama Adiós a mis libros, un canto a esta vida dedicada a la literatura.
P. Renacimiento es la primera en la que aparece su álter ego Kogito. ¿Por qué la referencia cartesiana?
R. En principio se trata de una broma. En la era de Meiji , mi bisabuelo fundó en mi aldea una escuela que aún existe. En la puerta principal colgaba un cartel en el que se leía “kogî”, que viene a querer decir “la manera ortodoxa”; un concepto básico de la filosofía confucionista. El caso es que de niño me pusieron de apodo Kogî. Como no me gustaba, le dije a todo el mundo que me llamaran Kogito, por el Cogito ergo
sum de Descartes. Empezando por eso, no hay duda de que el modelo de Kogito soy yo mismo.
P. ¿Y dónde termina Oé y empieza Kogito?
R. En la literatura moderna japonesa existe la llamada literatura watashi, la literatura del yo [watashi significa yo en japonés], en la que el autor habla de sí mismo y sólo de sí mismo. A grandes rasgos es algo como “yo soy así, en mi familia ocurrió esto, he tenido una aventura con esta geisha y fue asá…”. Yo utilizo este
modelo de watashi, pero en mi caso confluyen Kenzaburo Oé y Kogito. El modelo soy yo mismo y poco a poco voy introduciendo ficción. El resultado es que en todo Renacimiento no existe una sola línea en la que puedas decir “aquí termina Oé y aquí empieza Kogito”. Ésta es una manera muy mía de escribir.
P. De todos sus álter egos, Kogito es el que más se ha prodigado en sus novelas. ¿Es el que más se ha acabado desligando de Oé?
R. Así es. Y creo que esto se percibe aún más en mi último libro, que se acaba de publicar en Japón. El título en castellano sería algo así como Muerte por agua, y se inspira en el de la cuarta parte del poema de T. S. Eliot La tierra baldía. En esta novela ha llegado un momento en que ya no sabía si estaba escribiendo sobre mí o sobre Kogito. Muchos jóvenes me dicen que mis libros son mediocres porque no tienen un clímax final debido a que Kogito no mata a nadie, no huye etcétera. (Ríe). Claro, yo les respondo que Kogito, al igual que yo, tiene que escribir, tiene que subsistir pese a ser un personaje. Es complicado. De todas maneras, con Muerte por agua Oé ya ha terminado de decir todo lo que ha querido decir a través
de ese moralista que es Kogito. Como escritor, echo un vistazo a mi vida y pienso que soy una especie de moralista, al igual que Don Quijote o Sancho Panza. Continuamente me pregunto por la condición
humana. Y creo que Cervantes también lo hacía. Y aunque yo no puedo definirme como un moralista oficial, siempre quiero introducir en mis libros la figura de un moralista que padece la era contemporánea.  Éste es el tema principal de toda mi literatura. Cuando empecé esta trilogía tenía más de 60 años. Por eso pensé escribir esta obra sobre mí mismo y sobre el tiempo que he vivido en este país que llaman Japón.
“Parto de la idea de la seudopareja, prestada de Beckett. Itami y yo siempre hemos sido una pareja. Hasta que él se suicidó” .“En todo ‘Renacimiento’ no existe una sola línea en la que puedas decir ‘aquí termina Oé
y aquí empieza Kogito¨
P. Siempre ha dicho que su literatura es un acto de redención, tanto personal como ante su país. ¿Aún cree necesaria una redención de Japón?
R. Este tema es más fundamental que nunca para mí. Sigo cuestionándome los problemas de esta sociedad y sigo dudando sobre si el rostro democrático de Japón es suficientemente sólido, pese a que han pasado más de sesenta años desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Muerte por agua trata este tema. En la novela aparecen Kogito y su padre, que es un militar que se suicida justo antes de que concluya la guerra porque es incapaz de aceptar la rendición. Hay que recordar que antes de 1945 Japón era una sociedad fascista en la
que el emperador era un dios que ostentaba toda la soberanía. Mi padre falleció en una situación parecida y lo interesante es que han pasado ya más de 64 años desde aquello y en mi familia no se ha hablado nunca de él. Kogito, al que nadie nunca le ha hablado tampoco de su padre, descubre una caja en la que están el diario de su padre, sus libros, sus cartas… Y él, que también es escritor, decide escribir la historia de su padre. Mi padre no era militar, pero era un fascista. Él y sus amigos militares creían en la necesidad de que el
ejército diera un golpe de Estado para evitar que se perdiera la guerra. Incluso hablaban de matar al emperador y de suicidarse ellos. Creían que matando a este dios, al emperador, habría un nuevo renacimiento del país. Un nuevo emperador, una nueva nación. Nunca hubo tal levantamiento y el padre de Kogito se acaba suicidando. Se adentra en el bosque y se ahoga en el río.
P. Lleva usted unos años inmerso en demandas que han interpuesto contra usted asociaciones nacionalistas y familiares de militares imperialistas.
P. Ahora estoy a la espera de que la corte suprema se pronuncie sobre uno de estos juicios. Me han demandado asociaciones de ultraderecha que pretenden modificar los libros de texto, obviando los crímenes del ejército imperialista. Argumentan que mi libro periodístico Okinawa Notes [1970, inédito en español] no
tiene fundamento. En él describo cómo el ejército obligó a unos 700 ciudadanos de Okinawa, entre los que había mujeres, niños y ancianos, a quitarse la vida. Todo porque los civiles ayudaron a construir bases militares en la isla y el ejército tuvo miedo de que alguno de ellos fuera capturado por los estadounidenses y les pasara información. Todo esto aparecía en los libros de texto, pero hace unos años estos y otros párrafos sobre la actuación del ejército se empezaron a retirar con el visto bueno del Gobierno. Lo increíble es que si yo pierdo este juicio es muy posible que desaparezcan estos hechos de los libros y a los niños se les cuenten una historia muy diferente.
P. ¿Cree que se acabará por imponer este olvido?
R. No lo sé. Pero si se impone, será una amnesia inducida. Los gobiernos de Japón están invitando a la gente a que olvide. Lo malo es que la izquierda, que puede luchar contra ello, ahora es demasiado débil
en este país.
P. ¿Cree entonces que Japón aún debe escoger plenamente su identidad?
R. Creo que estamos en un momento histórico peligroso y que Japón tiene que escoger un camino. Por eso me invade el miedo ahora que estoy al final de mi vida… Pero es fantástico que un periódico como EL PAÍS venga a entrevistarme porque para mí es un momento muy simbólico; acaba de salir mi último libro en Japón
y los lectores españoles van a poder leer Renacimiento.
P. Creo que ambas lecturas constituyen una gran apuesta por el espíritu democrático y por la tolerancia.
R. Aún estamos ante una de nuestras primeras ocasiones para demostrar que la identidad democrática es la que queremos, porque después de todo esa identidad nació apenas en la posguerra. Creo que si los japoneses consiguen proteger la actual constitución democrática y pacifista, esa identidad saldrá ganando. Su artículo 9 estipula el rechazo a tener fuerzas armadas y resulta fundamental para mantener este espíritu, aunque muchos políticos y ciudadanos apuesten por cambiarlo. Hace seis años yo fui uno de los fundadores
del movimiento a favor de conservar el artículo 9 junto al crítico y escritor Shuichi Kato y a otras siete personas. Ahora somos más de 7.000 afiliados. Es el único movimiento real que trabaja para proteger esta
constitución. Éste es mi movimiento político y mi literatura está muy ligada a esto.
P. Por otro lado, también hizo una clara referencia a la Secta de la Verdad Suprema en Salto mortal, uno de sus últimos libros publicado en castellano. ¿Cree que la sociedad japonesa ha reflexionado lo suficiente sobre todo lo que pasó hace casi quince años?
R. Nada ha cambiado. Los ataques terroristas sirvieron de alarma para la sociedad japonesa. Nos alertaron de que estamos cerca de algo mucho peor. Pero el tema no se trató con el suficiente peso. Haruki Murakami
escribió un libro muy necesario sobre el tema: Underground. Es estupendo.
P. Desde luego es un trabajo periodístico excelente, aunque aún está inédito en español.
R. Qué lástima. Murakami es un tipo interesante, lo conocí una vez durante una entrega de premios.
P. Su Kafka en la orilla me recuerda a sus descripciones de los bosques de Shikoku.
R. Es verdad. Lo que pasa es que mis libros no se venden ni una centésima parte de los suyos (ríe).
P. Ventas al margen, usted acaba de publicar Muerte por agua en Japón. No sería la primera vez que dice que éste va a ser su último libro.
R. Sí, lo he pensado muchas veces (ríe). A mis 74 años veo Renacimiento, y creo que ya no voy a poder escribir algo de semejante nivel. Para mí Muerte por agua es el final de una saga de cinco obras. Con
este último puedo dar por cerrada la obra de mi vejez. Soy escritor y aún estoy vivo y es posible que me encuentre ante otra obra que quiera escribir. Me gusta mucho el Quijote y lo he leído muchas veces. Mucha
gente ha escrito un Don Quijote. Günter Grass tiene su Tambor de hojalata, por ejemplo. Yo desde pequeño he tenido el sueño de escribir un libro en el que el protagonista diga “yo soy Cervantes” o “yo soy Don Quijote”. Sin embargo, de momento yo sólo he escrito uno en el que el protagonista puede decir que se llama Kogito (ríe). Dentro de toda mi obra hay una persona, un personaje que está separado del resto. Y el modelo está ahí [señala a Hikari, que está detrás de nosotros, ojeando el periódico]. Si aún vivo tres años más, me gustaría escribir un libro en el que Eeyore [el nombre que Oé utiliza para los personajes basados en su hijo] explicara la historia contemporánea a través de sus ojos. Sería ficción, por supuesto. Al igual que el Oskar de Grass toca el tambor para darse a conocer, mi Eeyore tendría su música. Ahora que lo pienso, creo que existe la clara posibilidad de que un libro así vea la luz.
P. ¿Y qué hay de ese destino que los dos protagonistas de Renacimiento ven escrito en el poema Adieu de Rimbaud?
R. Ese destino no se ha hecho realidad. Cuando pienso en el verso “Entraremos en las espléndidas ciudades”… Nosotros no hemos llegado a poder vivir juntos ese renacimiento maravilloso del que hablo en
la novela. Rimbaud es un punto de partida para la literatura moderna y, como Rimbaud, todos los grandes autores de la modernidad tienen algo que han perdido, algo que les falta. Todos escriben sobre un héroe que ellos no han podido ser, el mismo que yo no he podido ser. Y la forma inicial, el prototipo, es Don Quijote, de Cervantes. Él tenía un brazo inutilizado y le llamaban manco [lo dice en español]. Pienso que todos los grandes autores del siglo XX, desde García Lorca hasta Günter Grass, son mancos, les falta algo. En francés
el verbo manquer indica un déficit en la persona, es muy significativo. Yo tengo tantas manques [lagunas, en francés]. Hace 46 años que vivo con mi hijo, que es deficiente. Y siento que ésa es mi gran manque. Él también es manco, pero él es mi héroe y a mí me gustaría que él fuera el héroe de esta nueva novela que ahora está en mi cabeza. En cualquier caso, yo no tengo ni un destino ni un talento tan grande como Cervantes (ríe). Yo de momento he venido hasta aquí agarrado del brazo con Kogito y es posible que antes de morir pueda mostrar al mundo un libro en el que aparezca su destino [señala a Hikari]. Hace apenas tres semanas que presenté el nuevo libro en Japón. Y aún no le he dicho a nadie nada sobre este nuevo proyecto. Usted es el primero que lo escucha.
La conversación prosigue hasta bien entrada la tarde y discurre por los temas más diversos, desde la vida y milagros del pintor Tsuguharu Foujita y de Kiki de Montparnasse (y su supuesta falta de vello púbico), pasando por la obra de Alfonso Reyes, el sorprendente encuentro que Oé tuvo con Juan Rulfo o la amistad que le une a García Márquez y Vargas Llosa (cuya asistente cuando éste visitó Japón hace años, nos cuenta, emigró a España y ha acabado por ser la traductora de Renacimiento). Aún queda tiempo para que el maestro nos pasee por su despacho y nos muestre el grabado de Orozco que compró en los años sesenta o el objeto más caro de su casa, según cuenta entre risotadas, una lámpara de diseño que tiene como soporte
un volumen del Quijote. Antes de marchar, Hikari nos despide con una sonrisa timorata y un “buenas tardes” en perfecto castellano antes de que Oé y su mujer, siempre riendo, nos acompañen hasta la puerta. Cuando ya llevamos cinco minutos caminando, el maestro nos interpela súbitamente al grito de “¡monsieur!”. Nos
ha seguido en bicicleta para devolvernos un artículo que se nos ha olvidado en su casa. Segundos después, este ingenioso hidalgo de la isla de Shikoku se pierde pedaleando enérgicamente a lomos de su rocín
metálico por la siguiente esquina.

Renacimiento. Kenzaburo Oé. Traducción de Kayoko
Takagi. Seix Barral. Barcelona, 2010. 288 páginas. 19 euros.

“Echo un vistazo a mi vida y pienso que soy una especie de moralista, al igual que Don Quijote o Sancho Panza”
“Los gobiernos de Japón están invitando a la gente a que olvide. La izquierda, que puede luchar contra
ello, es demasiado débil”
“Kenzaburo Oé y Kogito confluyen. El modelo soy yo mismo y poco a poco voy introduciendo ficción”.

Foto: David Coll

EN PORTADA / Entrevista EL PAÍS BABELIA 23.01.10

El libro de Eli


Sinopsis:

El Libro de Eli nos lleva a un fúturo no muy lejano, unos 30 años después de la guerra final, un hombre solitario camina sobre la desolada tierra que una vez fue los Estados Unidos. Ciudades vacías, autovías destrozadas, la tierra yerma. Todo a su alrededor denota la catástrofe de la destrucción total. No existe civilización ni ley. Las carreteras están en manos de pandillas que matarían por un par de zapatos o una pizca de agua, o sin razón alguna...
Pero ninguno de ellos está a la altura de este viajero.

Un guerrero por necesidad, no por elección, Eli (Denzel Washington) solo busca la paz, pero si se le desafía, antes de que sus oponentes tengan tiempo de darse cuenta de su fatal error, Eli terminará con ellos. Lo que defiende con tanto empeño no es su vida, sino la esperanza de un futuro; una esperanza con la que ha cargado y protegido durante 30 años. Una misión que está decidido a cumplir. Llevado por su compromiso y guiado por la fe en algo superior a sí mismo, Eli hace lo que sea por sobrevivir y continuar su camino.

Sólo otro hombre en este mundo en ruinas entiende el poder que Eli tiene en sus manos y está dispuesto a arrebatárselo: Carnegie (Gary Oldman), un déspota que se ha autoerigido en jefe en un improvisado pueblo de ladrones y pistoleros. Al mismo tiempo, la hija adoptiva de Carnegie, Solara (Mila Kunis) se siente fascinada por Eli, pero por una razón muy diferente: por la visión que ofrece de lo que puede existir más allá del dominio de su padrastro.

Pero no será fácil disuadirlo. Nada, ni nadie, se interpondrá en su camino. Eli tiene que seguir avanzando para cumplir con su destino y darle la oportunidad de la salvación a una humanidad desolada.